ARTE ESOTÉRICO.
Se le llama así al arte que lleva en sí un sentido enigmático y misterioso.
Quisiéramos dar a conocer en este inicio de Arte Esotérico, Algunos parámetros iniciales para aquél que se acerca por primera vez a un tema como el que nos va a ocupar. Será algo muy esquemático, porque tiempo habrá de profundizar en estos temas que le dan significado hasta a una simple línea ya sea horizontal, inclinado o vertical. Por lo tanto, le dará un posible significado esotérico a su obra si se conocen algunas claves ocultas a la hora de proyectar su composición.
El hombre desde que existe, ha desarrollado variadas formas de resolver las situaciones a las que se ha visto enfrentado. Los primeros hombres dejaron conocimientos que fueron utilizados y enriquecidos después, y así sucesivamente...Así apareció la flecha, el hacha, el dominio del fuego, la talla en hueso y madera, el martelado y fundido de los metales.
Los especialistas en arte paleolítico consideran que las pinturas rupestres formaban parte de ritos mágicos destinados a fomentar la suerte y la abundancia en la caza. Y lo mismo ocurre con el dolmen y el menhir.
La humanidad dio un gran paso adelante con los cultivos, en las riberas de los ríos había una muy buena tierra para sembrar y cosechar. También, esos cursos de agua eran importantes fuentes de alimentación y de transporte.
En estas civilizaciones el hombre comenzó a evolucionar mentalmente, a pensar en nuevas soluciones para los problemas concretos que se le presentaban. Asimismo, en ellas buscó respuestas más completas a las preguntas que se hacía. Así surgieron las religiones.
Al mismo tiempo que aparecían los dioses, aparecían los mediadores de los dioses, o sea brujos y sacerdotes. Ellos eran los encargados de trasmitir la voluntad de ellos. de curar en su nombre, de mal decir y hacer sortilegios en su nombre e incluso hacer sacrificios en su nombre. Lo mismo que los templos estaban llenos de bendiciones y para bienes, los caminos de los santuarios lo estaban igual, pero eran acompañadas de terribles maldiciones para los profanadores del templo. A nosotros nos parece ridícula tal cosa, pero en la antigüedad era una cosa muy seria, tan seria, que cuando era conquistado un pueblo, no se destruía su santuario, sino que el conquistador hacía cuanto hubiera que hacer para procurar que ese dios no se sintiera ofendido y adoptara al pueblo ocupante como suyo. Incluso llegaba a darle el nombre de sus dioses equivalentes
Las estatuillas prehistóricas también parecen estar ligadas a una dimensión ritual; es posible que los rituales que inspiraron a los escultores paleolíticos estuvieran asociados a la fecundidad humana y de la tierra a la que llamaban MADRE.
Que el hombre primitivo no tuviera fines estéticos o decorativos (sólo es un decir) no disminuye el valor de sus obras. Si hoy no creemos en su valor mágico, podemos admirar su belleza, color y dinamismo.
Antiguamente los dioses eran de la familia o pueblo, eran dioses territoriales y por lo tanto privados, (Un ejemplo de esta clase de dioses pervive todavía en las costumbre de los Judíos, su Dios no lo es de los gentiles sino del pueblo de Israel). Por lo tanto ese Dios estaba, en cierto modo, obligado a defenderlos y cuidarlos.
Junto con la escritura, el hombre también buscó comunicarse a través del arte. Las toscas, pero simbólicas esculturas de piedra de los primeros tiempos, dieron paso a enormes figuras llenas de sentido. Muchas de las manifestaciones artísticas estaban muy relacionadas con la muerte, que desde un principio llamó la atención del ser humano. Las pirámides de Egipto son un buen ejemplo de esto.
En las primeras civilizaciones, el hombre también se sintió muy atraído por el espacio. Estudió lo mejor que pudo las estrellas, con la idea de adivinar lo que pasaría en el futuro, elaboró calendarios para medir el tiempo y tuvo algunos conocimientos de medicina. Todo el saber, en general, se relacionaba con la religiosidad y tenían una gran carga oculta de esoterismo. que cada vez se hizo mucho más refinado. Los sacerdotes de las pirámides pagaban con la vida el más mínimo secreto esotérico que se divulgaba de los obtenidos en sus escuelas.
Al igual que los jeroglíficos de la escritura egipcia eran signos de un lenguaje, otras civilizaciones usaron los suyos, y el vulgo inculto buscó la manera de hacerse entender por viajeros y gentes que precisaban saber donde se emplazaba, por ejemplo, una posada o un mesón, o un herrero, se colgaba de la puerta un cartel de forja o madera con unas figuras, las cuales entre mezcladas daban el significado del jeroglífico y lo que estaba anunciando bajo su colgadura. Por ejemplo: si se trataba de una posada, se colocaba en el cartel una cama y un pan. de esa manera no había manera de dudar si se encontraba el susodicho cartel.
Como vemos se suplía bastante bien el analfabetismo. Pero, ¿y los gobernantes, como se hacían conocer por todos sus súbditos? No eran tan ingenuos de pensar que todo el mundo los conociera por su nombre, (que también era objeto de un jeroglífico). Así es que buscaron artistas que supieran confeccionar sus retratos para exponerlos a la vista de todo el mundo para que no hubiera dudas de quien era el jefe del pueblo. Podríamos decir que eran como televisiones de un solo plano para todos. Un ejemplo son las imágenes de los reyes en las pirámides. y posteriormente, en palacios, plazas y encrucijadas, los nobles las tenían incluso dentro de casa.
Pero resulta que los consejeros y sacerdotes de los grandes hombres solían ser sacerdotes, místicos, alquimistas y brujos, por lo tanto influían sobre manera en la ejecución de las obras, así es que, por la cuenta particular que les traía, manipulaban la obra de tal manera que tenía oculto otro sentido diferente del que aparentaba. Nacieron escuelas y religiones secundarias y ellas se encargaron de cargar de simbolismo los monumentos, de ESOTERISMO.
Pepe Martín. ( Capítulo 1º.)
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